Actuar con contundencia
Por: Germán Vargas Lleras
La semana pasada mencioné algunas sugerencias, en voz alta, que mucho podrían contribuir a darle un mayor impulso a nuestra economía en el corto plazo y generar nuevas oportunidades de empleo e inversión. Entre ellas sugerí no retrasar más el desarrollo de nuestros recursos petroleros con tecnologías no convencionales, dar un vuelco a la política de vivienda y proceder sin demora a la venta de algunos activos de la nación. Hoy quiero avanzar con nuevas propuestas, para las cuales también se requerirán acuerdos fundamentalmente de naturaleza política.
Es bien conocido que la desconfianza y la incertidumbre que algunas calificadoras de riesgo y, por supuesto, los inversionistas mantienen sobre el desempeño futuro de nuestra economía se fundamentan en la capacidad del Gobierno de mantener la disciplina fiscal y de dar las correctas señales en este frente a los mercados. Por eso resulta prioritario acometer el debate nacional sobre el régimen de las pensiones y la bomba fiscal que esto representa.
El Gobierno debería mostrar sus cartas y abrir una discusión amplia e informada sobre el sistema que en materia de pensiones requiere nuestro país. Claridad en esta materia transmitiría un fuerte mensaje de seguridad y confianza. No hay que temer a este debate, hay que temer a los indeseables efectos de su aplazamiento indefinido. Y hay que actuar con contundencia para atajar propuestas irresponsables y populistas que avanzan en el Congreso, como aquella de reducir la cotización de los pensionados al sector de la salud del 12 al 4 por ciento. Ha cuantificado el propio ministro de Hacienda que el costo de esta iniciativa sería de 3,4 billones anuales, y recordemos que la iliquidez del sistema de salud crece cada día. Las deudas de las EPS ya rondan los 12 billones de pesos.
Urge también reglamentar las consultas previas y, en general, todos los mecanismos de licenciamiento para hacerlos más ágiles, más eficientes y que dejen de ser talanqueras para miles de proyectos de inversión, públicos y privados, que hoy están paralizados.
En el ámbito de la infraestructura no se está viendo nada nuevo, como no sea la declaración del ministro de Hacienda de que no habrá más proyectos 4G. Convendría, a lo menos, definir unas nuevas metas en materia de obras públicas; por ejemplo, inversiones en las redes secundaria y terciaria.
Como también debe actuarse por el lado del gasto, tengo que insistir en la revisión y un vuelco de la focalización de todos los subsidios previstos en el presupuesto nacional. Está ampliamente demostrado que por esta vía podrían conseguirse ahorros significativos sin afectar a las familias y destinatarios legítimos de los apoyos estatales. Asumir el costo político de estas decisiones también daría las señales adecuadas a los mercados y permitiría equilibrar las finanzas públicas.
Pero no basta con diseñar e incluso implementar buenas políticas públicas. Lo que el Gobierno necesita es capacidad de gestionar con eficacia y resultados los distintos proyectos. En mi paso por el gobierno me ocupé personalmente de presidir la comisión de Pines (Proyectos Estratégicos de la Nación) para impulsar, eliminar obstáculos, conciliar diferencias y hacer que las cosas sucedieran. El Gobierno, en lo referente a las inversiones, el empleo y el crecimiento de nuestra economía, necesita que empiecen a suceder hechos positivos. Imprimirle al Gobierno fuerza gerencial, para eso son los ministros. En Colombia, si se quieren tener resultados, hay que microgerenciar cada iniciativa.
P. D. Aunque se expone a la ya tradicional andanada de críticas del alcalde Peñalosa contra toda providencia judicial desfavorable, procede muy bien el Juzgado 44 Administrativo de Bogotá al admitir la demanda contra el abusivo cobro de valorización. Ojalá se resuelva oportunamente la solicitud de suspensión provisional de este acuerdo.