¿Importa la justicia?
Por: Germán Vargas Lleras
Me ha extrañado sobremanera que el tema de justicia y la inaplazable reforma de sus instituciones no exista en esta campaña electoral. Se entiende que ninguno tiene formación jurídica, pero cómo es posible que el asunto más relevante para el futuro del país no les interese, y tampoco a quienes promueven los debates. Me niego a creerlo.
¿Tienen presente los aspirantes que un proceso judicial en Colombia tarda en promedio 4 años y hay muchos que superan los 15 años sin conocerse un fallo definitivo? ¿Han escuchado que solo el 2 % de los delitos denunciados llegan a sentencia? ¿Saben que a nivel mundial seguimos ocupando el puesto 174 entre 190 países evaluados por tener una justicia eficaz y oportuna? Una vergüenza nacional.
Se fueron estos cuatro años y varios intentos de tramitar una reforma constitucional indispensable. Lo mismo ocurrió en el gobierno anterior y en el anterior. Todo se redujo a numerosas y estériles discusiones y al trámite de una reforma menor que francamente no creo sirva de mucho. Para mí está claro que una reforma de la justicia que no se presente y discuta en el primer año de gobierno no tiene ninguna posibilidad de ser aprobada. Aquí no hay tiempo para el aprendizaje, los propósitos deben ser claros y las propuestas, muy concretas.
En lo que el Congreso sí estuvo muy presente y concentró sus energías fue en aprobar las reformas de los organismos de control y de la Registraduría y la Defensoría, pero para ampliar copiosa y costosamente las plantas de sus funcionarios sin consideración por la situación fiscal. De nada sirvieron las alertas frente al apetito burocrático de quienes las promovieron, todo lo advertido se cumplió sin pérdida de tiempo.
A los candidatos hay que preguntarles cuál es su diagnóstico y balance del sector justicia. Y cuáles sus principales propuestas. Todos hablan de corrupción y seguridad, pero, repito, ni una palabra frente al tema de justicia, que es transversal a todos los sectores. ¿Qué opinan los candidatos de una futura reforma? ¿Qué aspectos abarcaría? ¿Se ocuparía del tema de la descongestión, del acceso, de la oportunidad? ¿De qué manera?
Y, pasando al tema de seguridad jurídica, me pregunto si los candidatos comparten la conveniencia de que los jueces y magistrados al dictar sus fallos estén sometidos no solo al imperio de la ley, sino también al precedente judicial. ¿Creen o no conveniente que los fallos de cierre de las altas cortes puedan seguir siendo tutelados?
¿Están o no de acuerdo en reglamentar en mejor forma la tutela? ¿Al menos en que su trámite se surta ante la misma jurisdicción? ¿Debe el accionante estar legitimado y así evitar las famosas ‘tutelatones’? ¿Comparten la conveniencia de introducir términos máximos para interponerla?
¿Qué propuestas tendrán frente a la descongestión judicial? ¿Qué hacer para en algún momento poner al día los despachos judiciales? ¿Qué hacer para reducir los tiempos procesales y limitar tantos recursos contra sentencias, que mal contados son 7? Increíble, esto no ocurre en ningún otro país del mundo. ¿Cómo implementar algún día, aunque sea de manera transitoria, la colaboración en determinados asuntos de los auxiliares de justicia con más competencias como lo son los centros de arbitraje, los conciliadores, abogados en ejercicio o notarios, entre otros?
¿Y cuáles podrían ser las propuestas en materia de correcta administración de justicia, instituciones y estructura de la rama? ¿Debe extenderse el periodo de los magistrados? ¿Deben eliminarse las funciones nominadoras de estos? ¿Cuál debe ser el presupuesto y quién debe manejarlo? ¿Cómo entienden la autonomía y la independencia de la rama? ¿Funcionan bien los organismos de control? ¿Son eficaces, cuestan mucho?
Por favor. El país quiere oír algo con respecto a la justicia. En los próximos debates debería abrirse un espacio para conocer y confrontar las distintas posiciones de los candidatos, la importancia que otorgan a esta problemática y sus principales propuestas. La Corporación Excelencia en la Justicia podría auspiciar estos encuentros, o las facultades de derecho de las principales universidades del país.
Ya va siendo hora de abordar en esta campaña los temas importantes, aunque complejos, para la construcción de un mejor país.