La pirueta
Por: Germán Vargas Lleras
Recuerdo que uno de los temas obligados en todos los debates de la campaña de 2018 fue el de la llamada reforma pensional. Varias veces sostuve que el gobierno Duque ha debido presentarla desde el inicio, pues hace ya mucho tiempo esta dejó de ser una opción para convertirse en una obligación inaplazable.
Lamentablemente, en este frente, como en las anunciadas reformas laboral, de la salud, de la justicia y tantas otras, el tiempo se agotó, al igual que el capital político para tramitarlas. Resolvieron patear el balón hacia adelante. En materia de avances legislativos y de las “impostergables” reformas, ya no va quedando nada que mostrar. Todas las energías se malgastaron en asuntos menores y, claro, en las 4 reformas tributarias.
Pues ahora resulta que, en el colmo del cinismo y a falta de reforma pensional, el Gobierno pretende, desoyendo a amplios sectores empresariales y gremiales, introducir un mico a la ley de presupuesto para hacer caja este semestre de la manera más irresponsable. La iniciativa no es nada distinto a lo intentado varias veces, como es seguir financiando el déficit fiscal con el ahorro de los colombianos.
Ya en la emergencia económica lo habían propuesto en dos ocasiones, cuando sugirieron trasladar a Colpensiones a todos los pensionados de un salario mínimo, recibiendo el Gobierno 5 billones, pero asumiendo el pago de 20.000 pensionados. Esto fue declarado inexequible por la Corte Constitucional. Y después, con un proyecto de decreto ley de traslado exprés a Colpensiones de todos aquellos a quienes les faltara menos de 10 años para pensionarse, con un costo para el Estado superior a 35 billones de pesos.
Con medidas como estas se profundizan los tres problemas estructurales del sistema pensional colombiano, cuales son los de ser inequitativo, de baja cobertura y, además, insostenible.
Inequitativo porque mientras en Colombia todos los que ganan menos de un salario mínimo están excluidos del sistema, y el 12 % de los adultos mayores de 65 años en condiciones de pobreza no reciben subsidio alguno para la vejez, el 69 % de los recursos se emplean en cubrir las pensiones de los llamados regímenes especiales.
Una persona que se pensiona en el régimen de prima media con 25 salarios mínimos no ha ahorrado, a lo largo de su vida laboral ni la mitad de los recursos necesarios para cubrir su pensión. Los 700 millones faltantes los tenemos que poner todos nosotros.
Es de baja cobertura porque los privilegiados que en este país gozan de una pensión son dos millones cien mil personas. Solo uno de cada tres colombianos en edad de pensión tiene esta protección, y se estima que 17 millones, con el actual régimen, jamás gozarán de una.
Y ha sido insostenible desde hace muchos años. Recordemos que desde 2004 se agotaron las reservas del entonces ISS y nunca se reconstituyeron. La bomba pensional es una realidad. Los pasivos pensionales ascienden a más de 900 billones de pesos. Este año, del presupuesto nacional se destinarán 42 billones para atender el pago de pensiones, y el año entrante la cifra será de 52 billones. A este ritmo, y con el paso de los años, la totalidad del recaudo tributario podría tener que destinarse a este propósito.
Y ahora el ministro de Hacienda, contra todo lo expresado por él durante el trámite de la reforma tributaria y también cuando objetó el proyecto que pretendía aprobar el traslado exprés a Colpensiones, inexplicablemente resuelve, al día siguiente, avalar en el presupuesto la llamada ventana pensional, facilitando que cerca de 19.000 colombianos de los más altos ingresos y que se pensionarán en pocos años se trasladen a Colpensiones. Va a conseguir 3,4 billones de inmediato, pero el costo fiscal de esta pirueta será descomunal. Es la operación de financiamiento más absurda y costosa posible.
Hago un llamado a la sensatez del Gobierno y el Congreso para que no procedan así. El Presidente sostuvo en el encuentro de empresarios en Nueva York que no compartía tamaño despropósito. ¿Se habrá enterado el minhacienda?
Si de verdad quieren ocuparse del tema, pues presenten una reforma responsable que elimine la inequidad y los subsidios regresivos, que no siga jugando con las finanzas públicas y le garantice sostenibilidad en el mediano y largo plazo al sistema.