Plan Marshall
Por: Germán Vargas Lleras
El pilar del llamado plan Marshall, con el cual se pretende asegurar la reactivación de la economía y el empleo, es nuevamente el sector de la infraestructura. Así ha quedado consignado en el presupuesto aprobado para el próximo año, en el cual se contemplan inversiones por más de 50 billones de pesos, la mayoría destinados a financiar 34 grandes proyectos dentro del programa rebautizado como 5G.
Suena bien. Pero aquí no se trata de seguir con anuncios y poniendo vistosas placas en obras que este gobierno ni concibió, ni financió ni lícito y que, por supuesto, no construyó. Si lo hubiera hecho, sabría que esto de construir infraestructura es una labor muy compleja y que la sola asignación de recursos no garantiza nada. Por mi experiencia, puedo asegurar que ninguno de los proyectos anunciados pomposamente en las últimas semanas verá la luz en este gobierno.
Si en vez de postergar para una segunda ola de proyectos, el llamado 5G, se hubieran concentrado en sacar adelante los que el gobierno anterior dejó totalmente estructurados técnica, jurídica y financieramente, otro sería el cantar, pues solo les faltaría su aprobación en el Ministerio de Hacienda y en Planeación Nacional. Esos proyectos que sí podrían comenzar ya son las vías Zipaquirá-Barbosa, Pasto-Popayán, Barbosa-Bucaramanga, Chinchiná-Manizales-Mariquita, Sogamoso-Aguazul-Maní, Cúcuta-Ocaña y Duitama-Pamplona.
Pero no. Esos proyectos parecen estigmatizados por no haber sido promovidos por el actual gobierno. Entonces ahora se han inventado una nueva ola de proyectos 5G como la nueva malla vial del Valle del Cauca, la troncal del Magdalena en sus dos tramos Puerto Salgar-Barranca-San Roque, la autopista Norte en su tramo de Bogotá, la vía Buga-Loboguerrero-Buenaventura, la ampliación del aeropuerto de Cartagena, el proyecto de navegabilidad del río Magdalena, el canal del Dique y la vía férrea La Dorada-Chiriguaná. Claro que todos son muy importantes, pero la mayoría de estos aún no terminan su estructuración, y tomará mucho tiempo ponerlos en marcha. ¿Cómo explicar, además, que se hayan dejado por fuera dos corredores claves como lo son los 18 km faltantes de la Ruta del Sol 1 en el tramo Villeta-Guaduas y el trayecto Calarcá-La Paila? Qué falta de criterio. ¿Para qué seguir pregonando el inicio del plan ferrocarrilero cuando bien sabe el Gobierno que no se contratará un solo tramo en los próximos dos años?
Estos procesos, lo sé muy bien, son largos y requieren precisas y oportunas aprobaciones, además de una cabeza visible que se ponga al frente. Comienzan con su estructuración técnica, legal y financiera. Luego, aprobación de la ANI, Hacienda y Planeación. Luego, paso por el Confis y el Conpes para vigencias futuras. Y ahí sí, elaboración de prepliegos, audiencias públicas, pliegos, apertura de la licitación, cierre, calificación, adjudicación y firma de los contratos. Si todo sale bien, se avanza con el cierre financiero, que puede tomar un año y, finalmente, la etapa de preconstrucción, que dura otro año antes de poner el primer ladrillo. Todo esto sin mencionar los licenciamientos ambientales y las consultas previas, cada vez más complejas.
Para ser más claro, estamos en el año 3 de este gobierno y ninguna obra importante ha sido contratada en este periodo. Solo anuncios. A este ritmo, el plan Marshall no pasará de ser una ilusión más. Si es verdad que la gran apuesta para la reactivación es el sector de infraestructura, debería pensarse en implementar un plan de choque que priorice los proyectos que están listos y sea capaz de acelerar todos los trámites pendientes y asegurar que en el primer semestre del próximo año se licitarán y contratarán todas las obras anunciadas. Aun así, me temo que serán pocas las que consigan iniciarse antes del final del Gobierno, con lo cual será muy difícil alcanzar el objetivo del plan, cual es apuntalar la urgente reactivación.
P.D. El Congreso de la Cámara Colombiana de la Infraestructura que se reunirá a partir del 22 de noviembre tendría que ser el mejor escenario para debatir con seriedad y realismo este programa.