Descentraliza y garantiza el ámbito de autonomía de las entidades territoriales, generando un trato diferenciado que reconozca la heterogeneidad de las ciudades capitales y sus particularidades en relación con los demás municipios. Así como la igualdad regional, para lo cual se proponen normas de discriminación positiva con miras a combatir la desigualdad real entre los habitantes de las distintas ciudades e instrumentos de compensación para reparar los efectos, que situaciones como el conflicto armado o la pobreza ha generado en el ordenamiento territorial colombiano.