Después de 28 años se reforma y actualiza el Estatuto Orgánico de Bogotá que permitirá fortalecer a la ciudad desde lo local. Contempla afianzar la figura de los alcaldes locales; la participación ciudadana; la gestión de las Juntas Administradoras Locales, dotándolas de la facultad de control político; e insta al Alcalde Mayor y al Concejo de Bogotá a proceder con la reorganización del número y división de las localidades.