Un salto a las ligas mayores
Por: Germán Vargas Lleras
La victoria de los tenistas Cabal y Farah en el torneo de Wimbledon nos llenó de orgullo a todos los colombianos. Es esta solo una cara de los importantísimos efectos y beneficios que el deporte está en capacidad de aportar a una nación. El deporte contribuye a enfrentar el fenómeno de la exclusión social; también, a una educación integral para nuestros niños y jóvenes; mejora sus condiciones físicas y de salud, es elemento clave en la generación de valores y el fortalecimiento de nuestra identidad como nación, y también nos divierte y permite que de cuando en cuando, ráfagas de optimismo refresquen la cruda realidad nacional. Todo es bueno cuando se habla de deporte.
Por eso, en mi programa me había comprometido a transformar a Coldeportes, a costo cero, en un ministerio. Gran satisfacción me produjo la sanción, por el Presidente, de la ley que lo crea. Que el deporte tenga asiento en el consejo de ministros y en el Conpes no es un asunto de poca monta. El ministro podrá interactuar mejor con sus colegas para que el deporte empiece a ocupar el lugar que le corresponde y se convierta en un eje articulador de los programas de formación integral y vida saludable y contribuya a proyectarnos mejor como país a nivel internacional.
Me preocupa, sin embargo, que la creación del ministerio no vaya acompañada de ambiciosas políticas públicas que permitan alcanzar objetivos como el de asegurar la calidad de la formación de los profesionales que trabajan en el sistema, lo cual se podría conseguir mediante la creación de una escuela de entrenadores como las que existen en muchos otros países.
El nuevo ministerio podría fortalecer el programa de competiciones no solo a nivel profesional, sino mediante el fortalecimiento de juegos escolares, intercolegiados y universitarios que, además, permiten identificar a los deportistas de alto rendimiento.
En la búsqueda de una mayor capacidad financiera, el ministerio podría incentivar la participación del sector privado mediante la creación de estímulos fiscales. Otra idea que vale la pena recoger es la creación de un canal público deportivo que estimule el interés y permita a todos los colombianos acceder a los eventos deportivos.
En materia de infraestructura es urgente elaborar un mapa de lo existente, así como un programa para la construcción de nuevos escenarios y el mejoramiento y mantenimiento de los actuales y desarrollar megaproyectos inmobiliarios con escenarios deportivos como ancla, además de centros de alto rendimiento.
La victoria de Cabal y Farah, pero también las de Egan Bernal, Rigoberto Urán y Nairo Quintana, entre otros deportistas, tienen que hacernos reflexionar sobre la forma como nuestro país está apoyando a nuestros deportistas y cómo revertir la situación actual: menos de la mitad de quienes nos representan internacionalmente reciben algún tipo de apoyo estatal. Por eso, el nuevo ministerio debe tener entre sus retos el de garantizar que nuestros deportistas puedan estudiar, entrenar y competir sin penurias económicas y con acceso a programas de preparación de alta calidad.
Un reto inmediato será incrementar la participación del deporte en el presupuesto nacional, que hoy llega a tan solo un 0,23 %, y hacer cumplir las normas en materia de publicidad estatal y apoyo al deporte.
En 1968, mi abuelo, el presidente Carlos Lleras Restrepo, y su ministro de Educación, Octavio Arizmendi, crearon Coldeportes, movidos por la convicción de que el deporte era parte fundamental del engranaje para la construcción de un país más moderno, educado, competitivo y con mayor igualdad. Yo pienso que Coldeportes cumplió en sus más de 50 años de vida con la misión que entonces se le encomendó, pero es obvio que los tiempos han evolucionado y era ya indispensable que el deporte pasara institucionalmente a las ligas mayores. Bienvenido el nuevo Ministerio del Deporte.